El sospechoso del abuso sexual en San Rafael estaba detenido desde los últimos días del año pasado. La víctima, de 13 años, se practicó una interrupción legal del embarazo.
Le dictaron la prisión preventiva y cuatro días después lo liberaron. Ese giro de 180 grados tuvo una causa por un abuso sexual en San Rafael que se originó a mediados del año pasado cuando una chica de 13 años tuvo que hacerse una interrupción legal del embarazo (ILE). Un cotejo genético fue clave para definir el futuro procesal del único acusado que hoy por hoy tiene el expediente, que es el progenitor de la víctima.
El hombre de 49 años, conductor de un programa de radio fue detenido el 22 de diciembre pasado -se reserva su identidad para resguardar el de la víctima-. El expediente se había originado meses atrás cuando se detectó el embarazo de su hija de 13 años que había comenzado a mediados de julio pasado.
En los primeros días de noviembre, cuando llevaba 17 semanas de gestación, se practicó una ILE en el hospital Schestakow donde se resguardaron rastros genéticos del feto para un posterior cotejo.
Hasta ese momento el padre de la menor no había sido capturado, pero el fiscal de Violencia de Género Mauricio Romano empezó a sospechar de él y ordenó la detención días antes de Navidad. Lo imputó por abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo y por convivir con la víctima menor de edad -de 8 a 20 años de cárcel-. La sospecha es que el vejamen se habría producido cuando ambos se quedaron solo en el domicilio donde vivían, según comentaron fuentes judiciales.
El investigador judicial solicitó la prisión preventiva que fue dictada por el juez Juan Olmedo el viernes pasado. Si bien restaban pruebas claves -como las pericias psicológicas a la víctima y el cotejo genético entre el feto y el sospechoso-, el magistrado consideró que existía el grado de certeza necesario a esta altura de la investigación para sostener la detención en el penal El Cerrito.
Días después llegó el informe de ADN que descartó que el imputado haya sido el autor de la violación que produjo el embarazo en la víctima. Con esta prueba clave, el propio fiscal solicitó el cese de la prisión preventiva que se concretó el martes pasado.
El hombre continuará imputado en el expediente pero quedará en libertad sujeto a ciertas normas de conducta. Una de ellas es la prohibición de acercamiento a su propia hija, por lo que deberá vivir en otro domicilio al menos hasta que se descarte totalmente que haya sido autor del abuso sexual en San Rafael.