Adriano Dalla Torre es un empresario exitoso, pero decidió darse un respiro de los sondeos de opinión y el márketing político para dedicarse a su verdadera pasión: el cine y las series. Ahora lo convocaron a los premios Emmy por «Búnker», una comedia negra que produjo para HBO
Adriano Dalla Torre (52) vuelve a Mendoza cada vez que puede. Desde muy joven tuvo que aprender a vivir yéndose, en busca de ese pez dorado que algunos llaman inspiración, otros curiosidad y otros deseo. Ahora el impulso lo trasladará a Nueva York, donde el 21 de noviembre se entregarán los premios Emmy: una serie que produjo para HBO Max, «Búnker», está nominada entre las mejores comedias.
El galardón es uno de los más importantes de la industria audiovisual global. Y Adriano, que además es presidente de la conocida consultora de estrategia y comunicación Reale-Dalla Torre, consiguió entrar en la terna de las más destacadas series hechas fuera de EE.UU. a sólo 3 años de haber arrancado ese camino.
«En un momento decidí bajar de la locura en la que había estado toda mi vida y dedicarme a lo que me gusta. Hoy trabajo cuando quiero, a mi ritmo, salvo que estemos frente a una entrega urgente. Tengo esa suerte y es una cuestión de inspiración más que de esfuerzo», reconoce, tal vez impactado ante la simpleza de lo que dice.
-Sin embargo, muchas personas que se dedican a las industrias creativas están trabajando incluso cuando ven una película o leen un libro, porque además de seguir la trama se dedican a analizar «cómo funcionan» esas historias…¡puede ser agotador!
-Yo trato de no hacerlo. Cuando veo una peli intento relajarme. Sí es verdad que a lo mejor la analizo, pero hago lo posible por ponerme en modo disfrute. Igual no sé si lo llamaría trabajar a tiempo completo. En todo caso, es hacer lo que uno ama.
El entrevistado reside actualmente en Mendoza, donde está su familia. «Hacemos los desarrollos de los proyectos audiovisuales de forma remota y a veces me toca viajar porque tengo dos de esos proyectos en Colombia, otro en España y otro grande en Estados Unidos, con empresas muy relevantes, como Mediapro y Metro-Goldwyn-Mayer», repasa.
-¿Qué ventajas y desventajas te dio el hecho de ser mendocino frente a ese tablero competitivo y lleno de creatividad que es el de las series para plataformas internacionales?
-Nací en Mendoza pero viajé mucho desde los 22 o 23 años. En un punto, me he formado más afuera que acá. Pasé dos décadas yendo de lunes a viernes a Buenos Aires, y de hecho me perdí en parte la infancia de mi hijo por eso. En el trajín, descubrí que los mendocinos tenemos algunas virtudes. Siento, por ejemplo, que nos tomamos las cosas en serio. A la vez, nos da un poco de miedo salir afuera, pero cuando uno se asoma a otros países ves que no hay tanta diferencia, que desde acá también se puede. Lo que pasa es que entre coprovincianos a veces no nos prestamos atención: hay gente del cine, de la pintura y de la música tremendamente talentosa. Hay que empezar a mirar más a nuestro alrededor.
El largo camino hacia el búnker del éxito
Todos los años, la Academia Internacional de Artes y Ciencias de la Televisión hace dos entregas de premios. Una para producciones de EE.UU. y otra para el resto del mundo. El 12 de septiembre se dieron los Emmy estadounidenses. Y en noviembre será el turno de las iniciativas que vienen de otros países.
Ahí se posiciona «Búnker». La serie que llegó a la terna de los Premios Emmy Internacional 2022 es una comedia negra mexicana creada, escrita y producida por Dalla Torre y los guionistas Ariel Amestoy y Esteban Seimandi, en coordinación con la productora azteca Dopamine y la multinacional HBO. Comparte candidaturas con las británicas Sex Education y Dreaming Whilst Black y la francesa On The Verge.
«Yo analizo ‘Búnker’ y hay muchas cosas que me descolocan, porque los argentinos tenemos una idiosincracia algo diferente, quizá con un humor más ácido. Varios detalles del guion se modificaron teniendo en cuenta esas características culturales de otros países latinoamericanos», describe Adriano.
Y se rodó en pandemia, lo que hizo subir los costos; al tiempo que retrataba una experiencia que hoy resulta mucho más cercana que antes del covid: el hecho de verse encerrado con otras personas en días que tenían el aroma del apocalipsis.
Dalla Torre interpreta: «Es una comedia que aborda la decadencia de la familia como institución en la era moderna, un tema común en el mundo entero. Lo del encierro nos daba un poco de miedo, porque con las cuarentenas no sabíamos cómo podía ser la reacción del público. Al final creo que no influyó negativamente, al contrario».
-Hasta no hace mucho, los mendocinos te relacionaban con la publicidad y los estudios de mercado. Evidentemente había una historia no tan conocida: la de tu relación con el cine.
-Si bien en mi casa siempre se habló de arte porque mi padre era arquitecto y estaba atento a eso, desde chico yo era la oveja negra de la familia porque soy extremadamente curioso. Cuando estaba en cuarto año del colegio me compré la primera cámara de video y hacía giladas permanentemente. Era un petardo y lo sigo siendo. Me cuesta parar, y como buen capricorniano cuando algo se me mete en la cabeza voy para adelante hasta el fin. Por eso en aquella época hice documentales y comerciales para TV.
-Luego vino El Ático, uno de tus primeros éxitos.
-A mis 23 hice El Ático, un programa que tuvo mucho éxito en Mendoza y que significó incluso ganar un Martín Fierro. Económicamente fue un fracaso, eso sí. Todo lo que no había que firmar yo lo firmé (ríe). Y fueron tantas las pérdidas que entonces decidí dedicarme a Reale-Dalla Torre Consultores S.A. Igual, siempre tuve en mente que a eso de los 45 años iba a cortar.
-Les iba y les va muy bien con la consultora ¿Tu socio entendió que querías cambiar de rumbo?
-Por suerte sí. Llegado el momento, me reuní con Jorge Reale, mi socio, y él comprendió perfectamente. Así que ahora seguimos siendo socios, pero más que meterme en cosas operativas yo soy un integrante capitalista en la compañía.
-Con el tiempo habrás ganado experiencia en los negocios…
-Las chances de tener éxito con el cine y la televisión son muy bajas: la cantidad de variables que influyen es enorme. Entonces aprendí que es mejor no usar el dinero propio sino recurrir a las productoras que se dedican a aportar esos fondos. Y estar atento. En el mundo de las series, por ejemplo, los contratos suelen ser en otros idiomas. Por lo tanto hay que tener mucho cuidado, porque una firma mal puesta te puede traer problemas.
-Y cuando decidiste alejarte de tu carrera como CEO y acercarte al mundo artístico, ¿no te dio miedo?
-Es que la consultora empezó a crecer de forma casi sorpresiva; yo asumí como presidente y durante años me tocó hacer las veces de empresario, dejando las cámaras de lado. Cuando pude cortar, me senté frente a la computadora y dije ‘bueno, ahora tengo que ver qué quiero decir’. Y fue un golpe, porque me di cuenta de que tenía los engranajes un poco oxidados. Fue duro encontrarme con esa sensación frente a la página en blanco. Afortunadamente, me fui vinculando con los escritores que actualmente forman parte de mi equipo y la cosa fue fluyendo. Incluso hoy me quedan cosas pendientes, porque tampoco hay que creer que en la industria de las series uno vende necesariamente todo lo que le gusta.
Tener 100 ideas para rodar una o dos
Dalla Torre reconoce que el trabajo creativo es una alquimia demandante y no siempre reconocida. «Normalmente, cuando uno arranca con el mundo de las series te dicen que tenés que tener 100 ideas para, con suerte, rodar una o un par. Nosotros fuimos afortunados porque a los 3 años de estar trabajando vendimos «Búnker» para HBO. Fue suerte de principiante pero también se relacionó con nuestra capacidad para entender qué podía andar y qué no».
-¿Hasta qué punto te ayudó haber trabajado tanto tiempo en encuestas de opinión y estudios de mercado?
-En el fondo, lo que pasó con «Búnker» fue imprevisto. Es la primera serie que hacemos y llegamos a una terna que está en lo más alto a lo que se puede llegar. Más allá de eso, es cierto que quienes hemos estado en publicidad hablamos mucho con psicólogos y sociólogos. Los dos escritores que participaron en el guion también hacen publicidad e incluso comunicación política. Eso te da un ejercicio invaluable, porque te hace prestar atención a qué quiere la gente, a cómo expresarlo y cómo no.
Adriano avizora un futuro donde florecen historias de diferentes tonos. La segunda temporada de «Búnker» ya está escrita, aunque debido a que HBO fue comprada recientemente por Discovery se está rearmando la grilla y no se sabe qué pasará.
-La nueva temporada es incluso más divertida que la primera, espero que se haga- se entusiasma el productor.
Su otro gran proyecto es «El Médico», un thriller sobre narcotráfico que lleva una década de desarrollo e incluye numerosas locaciones y una escala de financiamiento mucho mayor -de ahí la participación de Metro-Goldwyn-Mayer y Mediapro-.
«Y el 21 de noviembre tenemos la entrega de los Emmy en Nueva York -recuerda Adriano al final de la charla-. Ahí estaremos».
Fuente: diariouno.com.ar